sábado, 11 de abril de 2020

El grito del Matador

La crónica que reflejó La Capital hace a 45 años, cuando Kempes hizo el gol más querido en Central.

Rosario Central derrotó anoche a Newells Old Boys por un gol a cero en el cotejo definitorio del grupo uno de la Copa Libertadores de América y de esa manera logró el derecho de participar por primera vez en la ronda semifinal de la competencia continental. La ajustada diferencia que destacó el marcador final se observó también en el campo de juego ya que el conjunto vencedor solo justificó se conquista después del tanto convertido por Mario Kempes. Newell's Old Boys intentó recién buscar la igualdad pero careció de la reserva física necesaria y además tuvo frente a sí a una defensa serena y compacta que no ofreció ventajas.


Primer tiempo

Los primeros 45 minutos de este clásico que reunió la mayor expectativa de su historia, fueron jugados a un ritmo tan intenso que hizo temer por el caudal posterior de energías de sus protagonistas. Los 15 minutos iniciales ya marcaron las tendencias de ambas escuadras en cuanto a la celosa custodia de sus elementos bases. Así, era evidente que Daniel Killer seguía los pasos de Giachello; Aimar los de Zanabria y por el otro sector, Capurro no perdiendo pisada a las evoluciones de Cabral, que buscaba siempre la diagonal, mientras Rebottaro encimó a Kempes. Las vallas comenzaron a soportar apremios a los 2 minutos, originándose la primera situación de riesgo para Carrasco ante un córner servido por Kempes, invalidando la acción un evidente foul de Daniel Killer. Posteriormente al protestar Zanabria por un foul del defensor auriazul, el juez uruguayo le mostró tarjeta amarilla y sobre los 9 minutos rondó el peligro sobre el área de Newells cuando resueltamente Mario Killer alargó a Cabral y cuando éste buscaba el ángulo para el remate, llegó justo Ortiz para anticiparse y ceder a su arquero. Luego fue Danguise el que obligó a Pascuttini a ceder corner. Ejecutado por Zanabria, no pareció estar acertado Biasutto en su salida, pero el cabezazo de Valdano resultó desviado.

Segundo tiempo

Con una intensidad que pareció un calco de la etapa inicial, volvieron los equipos a la cancha sin ofrecer variantes en su alineación. Pese a que se mantenía la severidad en las marcas, se advertían algunas filtraciones, como por ejemplo la de Zavagno, cuando a los 3 minutos y sin rivales a la vista, tras un centro de Cabral, cabeceó deficientemente cuando era más fácil convertir que malograr. Hubo un claro penal no sancionado por el árbitro que se mostró bastante desacertado en sus fallos dejando jugar más de la cuenta.

Sobre los 13 minutos cometió violenta falta Mario Killer contra Danguise. Ejecutó el tiro libre Zanabria y Giachello no pudo sacar provecho al disparar deficientemente. Luego fue Kempes, que escapando permanentemente a la marca de Rebottaro, tocó rápido para Cabral, no llegando a tiempo el centrodelantero cuando se advertía una brecha entre los dos zagueros centrales del equipo rival.

Puede mencionarse como situación de riesgo para Biasutto un tiro libre que ejecutó Pavoni ligeramente desviado y a los 22 minutos se registra la mayor emoción cuando Rosario Central consigue ponerse en ventaja. Cabral, sobre la izquierda, hizo llegar la pelota al área por elevación, justo para la entrada de Kempes, que con toque suave se anticipó al desesperado esfuerzo de Carrasco.

De allí en más buscó Newell's Old Boys la paridad necesaria para seguir alentando esperanzas, pero no encontró resquicios ante una defensa que se multiplicaba y no medía los esfuerzos.

 A los 26 minutos exigió Picerni a Biasutto que elevó al corner. Luego fue Giachello, sobre la derecha, quién en precisa maniobra remató con fuerza dentro del área y Biasutto controló bastante exigido.

En los 10 minutos finales jugó su última carta Juan Carlos Montes al ordenar el ingreso de Ribeca y Berta por Picerni y Gallego respectivamente. Y en el bando contrario para aquietar el balón y reforzar la defensa, Mancinelli suplantó a Bóveda.

A los 41 minutos y como demostración de que Central no se daba por conforme con ese gol, hubo un cabezazo de Zavagno que dio en el poste y dentro de un final emotivo donde Rosario Central exhibió esa serenidad que le es característica en los momentos decisivos, justificó esa apretada diferencia en el marcador, que lo fue también en el campo de juego.


 fuente: https://www.lacapital.com.ar/ovacion/el-grito-del-matador-n2576942.html

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