El Matador presentó su biografía y repasó anécdotas que marcaron su vida.
Nota y fotos Clarín Deportes.
Mario Alberto Kempes presentó su biografía y recordó con Clarín algunas de sus mejores anécdotas en el fútbol (Rubén Digilio)
El periodista Luciano Wernicke lo convenció. Y el fruto de largas charlas con un vino de por medio bajo la fría noche estadounidense se convirtió en “El Matador”, la biografía que Mario Alberto Kempes acaba de presentar. Desde Bell Ville hasta las transmisiones para ESPN. Pasando por Valencia, Chile o los dolores de cadera que terminaron en una inesperada visita al quirófano en 2014 para someterse a seis bypass y ver de cerca a la muerte. El Matador repasa algunas anécdotas que marcaron su vida.
A pescar después del 6-0 a Perú
El partido contra Perú en el Mundial 78 generó miles de controversias, acusaciones cruzadas y una goleada que llevó a la Argentina a la final frente a Holanda. Pero lo que no había trascendido fue lo que hicieron Mario Kempes y dos compañeros después del 6-0 en Rosario.
“Fuimos a pescar. Con (Héctor) Baley y el Negro (Américo) Gallego. Fue una idea de Baley, a él le gustaba más a que a mí. Yo fui más para acompañar. Encima me mandó a pedirle permiso a Menotti", recuerda el Matador. Y trae un diálogo que sería imposible de traspolar.
—César, queremos ir a pescar
—¿A qué hora?
—A las cinco de la mañana.
—Ustedes saben que a las 10 vienen los periodistas, como siempre ocurre el día posterior a los partidos. A las 10 tienen que estar acá.
—Sí, César, no se preocupe.
Y así fue. "Pescamos en un barco que estaba varado en el río Paraná. Hacía un frío tremendo. Y nos volvimos. Después les dimos los pescaditos al cocinero y los comimos fritos en la concentración”.
El Matador, la biografía de Mario Kempes, editada por Planeta.
Pudo tocar la Copa 20 años más tarde
El campo de juego del Monumental era un hormiguero. Kempes ni siquiera podía acercarse al centro de la escena donde Daniel Passarella y Alberto Tarantini, dos de los pocos que habían quedado en andas de los hinchas, se pasaban entre ellos la Copa del Mundo. Y el Matador se quedó con las ganas.
"Recién pude tocar la Copa del Mundo en 1998 en una entrevista que me hizo la FIFA en la previa del Mundial de Francia. Habían llevado la Copa y se las pedí para sacarme una foto. En el 78 no tuve chances. Ni siquiera la vi el día de la final. Todo era un caos impresionante, había gente por todos lados. A la noche fuimos a una celebración en el Hotel Alvear pero ahí no estaba la Copa. Siempre le digo a mi familia que la primera copa que pude tocar fue una gigante de chocolate que me hicieron en Bell Ville al recibirme después del título".
Cuando terminó la fiesta en el hotel, Kempes no podía dormir con tanta adrenalina. Junto a Gallego y a (Daniel) Killer decidieron subirse a un auto y viajar hasta Rosario para ver a sus familias. Ni llegaron a avisarles. No había celulares, claro. Golpeó la puerta y sorprendió a su mamá. Doce horas antes había metido el que hasta ese momento era el gol más importante de la historia argentina.
Mario Alberto Kempes, mano a mano con Clarín. (Rubén Digilio)
Un festejo con whisky y sin camiseta
"No había euforia, había tranquilidad. Era la sensación del deber cumplido. Sentíamos que le habíamos dado una alegría a la gente", recuerda Kempes sobre el vestuario posterior a la gloria en 1978.
Y sigue: "Yo me quedé sentado en la antesala del vestuario, una canchita en la que hacíamos el precalentamiento. Y se fueron sumando muchachos. Llegó Gallego, llegó Tarantini... Y en un momento apareció un empleado a ofrecer si queríamos algo para tomar".
—Traé un whisky, pero uno grande, eh, mirá que somos muchos —le dije.
"Un minuto después llegó con un vaso enorme. Tomábamos un trago cada uno y lo íbamos pasando. Recién ahí nos relajamos".
—¿Te quedó algún recuerdo de la final?
—La gente, ése fue mi recuerdo. Después, creo que llegué a agarrar un pantaloncito pero vaya a saber dónde habrá quedado. El problema fue que El Gaucho (Daniel Passarrella) había prometido que si ganábamos el Mundial le iba a llevar a la Virgen de Luján toda la ropa de la final. Y así fue: apareció con una bolsa de basura negra y empezó a arrasar con todo: vendas, botines, camisetas... No dejó nada.
fuente original: https://www.clarin.com/deportes/seleccion-nacional/mario-kempes-festejo-whisky-pescar-final-20-anos-tardo-tocar-copa_0_r1Tbz9k1G.html
