sábado, 6 de octubre de 2018

Kempes, Maradona y debut de oro en Old Trafford


Los dos astros argentinos abrieron la temporada 82-83. En aquel partido el Valencia se impuso 2-1 con goles de Tendillo e Idigoras para remontar el tanto inicial de Maradona, fichaje estrella del Barça. / EFE

El Matador volvía a Mestalla tras su traumática salida al River Plate, que no pudo pagar el fichaje; el Pelusa debutaba en la Liga y sintió el acero de Carrete



PACO LLORET
Sábado, 6 octubre 2018, 01:11


La temporada 82-83 se abrió a lo grande en Mestalla. Nada mejor para olvidar la resaca del fracaso vivido en el Mundial 82 que un duelo de alto voltaje, como eran en aquella época, los Valencia-Barça. Se subía el telón de una campaña que, a medida que fue avanzando, iba a deparar una crisis de enormes proporciones. Los valencianistas se vieron abocados al descenso del que se libraron in extremis. Pero nadie podía sospechar un escenario tan deprimente en vísperas del debut. Kempes y Maradona acaparaban la atención. El Matador regresaba a Mestalla después de haber permanecido un año y medio en las filas de River Plate, mientras que el Pelusa debutaba en el campeonato español procedente de Boca Juniors. Ambos habían sido compañeros en la selección argentina que había competido sin excesivo acierto en la Copa del Mundo defendiendo el título logrado cuatro años antes en su país.

La vuelta de Kempes se debió a los impagos del club bonaerense. El Valencia rescató a su gran referente ante la insolvencia declarada de River. Era la situación en Argentina tras la guerra de las Malvinas. Para el valencianismo la recuperación de Kempes significaba una segunda oportunidad después de la traumática despedida vivida en marzo de 1981 cuando se formalizó su traspaso al club millonario. Borrón y cuenta nueva. La voluntad de reconciliación entre la grada y el 'crack' era más que patente y ya se evidenció en el verano anterior cuando hubo un amistoso entre el Valencia y la selección que dirigía Menotti. Aquel choque despertó una enorme expectación puesto que suponía el primero de la gira europea que realizó Argentina. Mestalla registró un lleno total y un ambiente extraordinario. La grada le aplaudió aquella noche como reconocimiento a los grandes momentos ofrecidos por Kempes en el pasado y quizás también por remordimiento de conciencia después de la triste salida. El rendimiento de Kempes en el Mundial de España fue discreto, al igual que el del combinado albiceleste.

El calendario de aquel campeonato empezaba cuesta arriba. El Valencia recibía al Barça, viajaba a Bilbao para medirse al Athletic que dirigía un revolucionario Javier Clemente y, a renglón seguido, debutaba en Europa nada más y nada menos que ante el Manchester United en Old Trafford. El primer duelo estelar lo superó con triunfo y remontada. Una tormenta de verano descargó sobre Mestalla en el segundo tiempo cuando los locales levantaron un marcador adverso. Maradona se estrenó con un gol en la primera parte al zafarse del marcaje de Carrete, el habitual especialista en controlar a los mejores jugadores del rival. La estrecha vigilancia a la que fue sometido por el lateral asturiano funcionó hasta que a los veinte minutos el 10 del Barça superó a Sempere con un remate ajustado. El Valencia igualó las fuerzas nada más comenzar el segundo tiempo. Una majestuosa cabalgada de Tendillo dio paso a una pared en la frontal y un disparo muy efectivo. Kempes actuó más retrasado que de costumbre, apenas pisó el área y ejerció más de director de juego. Sus célebres incursiones en sobre el área enemiga no se vieron aquella noche pasada por agua. Menos vertical, cumplió un papel de apoyo al equipo pero no lució a nivel individual como se deseaba.

El duelo se resolvió en la recta final. Una vez más el Valencia ejerció de verdugo de las aspiraciones del Barça al que había superado en las anteriores visitas a Mestalla en Liga, Copa del Rey y Recopa. Ocho duelos con el saldo de seis triunfos y dos empates. Los valencianistas le tenían tomada la medida. Aquella noche debutó en las filas locales Santiago Idigoras, un delantero vasco que tras proclamarse campeón de Liga con la Real Sociedad en la campaña 80-81, había probado suerte en el fútbol mexicano. La experiencia no resultó muy exitosa. Su incorporación se produjo de forma precipitada la misma semana del inicio liguero. Idigoras venía a cumplir el papel de un delantero de área, habituado a pelear con los rivales sin concesiones gracias a su valentía y envergadura física. Ese papel se le había asignado en principio a Kurt Welzl, pero el austriaco cotizaba a la baja y se le buscaba una salida. El plan se vino abajo por culpa de la grave lesión de Arnesen -el otro foráneo que debía formar pareja con Kempes- y, finalmente, Welzl se quedó en la plantilla ante la triste evidencia: el futbolista danés sufría una lesión crónica y era irrecuperable.

Santi Idigoras marcó el gol de la victoria a diez minutos para la conclusión, batiendo a Artola, que había sido compañero suyo en el club donostiarra. Con aquel meritorio triunfo el valencianismo se las prometía muy felices pese a que en la siguiente jornada se cayó en San Mamés por idéntico tanteador y en circunstancias casi idénticas. Los rojiblancos resolvieron el choque por 2-1 con un gol a cinco minutos del final. A continuación vino la visita a Old Trafford donde el Valencia libró un partido durísimo en la primera eliminatoria de la Copa de la UEFA. Curiosamente el debut valencianista en este torneo se había producido diez años antes en la misma ciudad pero en el feudo del City. Si en Maine Road hubo empate a dos en el campo del United el encuentro concluyó sin goles.


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