"A los grandes del fútbol nunca los alcanza el olvido"
Mestalla se rindió a Mario Kempes
Valencia rindió homenaje al "Matador"
El ex jugador argentino fue homenajeado en los prolegómenos del encuentro de la Liga española entre el Valencia y el Espanyol, disputado en Mestalla, donde Kempes jugó durante siete años.
Mientras el público coreaba el alias de "Matador", Kempes saltó al terreno de juego por el centro de un pasillo que le hicieron los jugadores de los dos equipos y acompañado de 11 niños que lucían la indumentaria a franjas amarillas y rojas que vistió con frecuencia en su etapa como valencianista.
Algunos de los compañeros con los que coincidió en su etapa con jugador del Valencia, entre 1976 y 1984, también le hicieron pasillo y a continuación se fotografió con los integrantes de la formación del equipo titular valencianista.
Antes del inicio del encuentro, el presidente del Valencia, Manuel Llorente, le obsequió con una camiseta y el número "10" a la espalda, además de una réplica en plata del campo de Mestalla, mientras la afición coreaba su nombre.
El campeón del Mundo con Argentina en 1978 obtuvo el título de máximo goleador del torneo que se jugó en su país y también consiguió el mismo en dos ediciones de la Liga española, además de lograr con el Valencia una Copa del Rey, una Recopa y una Supercopa de Europa.
Kempes, de 56 años y jugador del Valencia entre 1976 y 1984, calificó de "asombroso" el aprecio que sintió hasta de los aficionados más jóvenes que forman "la gran familia valencianista", y que no tuvieron oportunidad de verle defender la camiseta del club de Mestalla.
El "Matador" ofreció después una rueda de prensa en la que destacó la transmisión del "sentimiento valencianista de abuelos a padres, y de padres a hijos".
Kempes calificó como "lindo" el momento en el que saltó al centro del terreno de juego de Mestalla para recibir la ovación del público y encontrarse con compañeros con los que compartió vestuario durante su etapa en el conjunto valencianista.
El campeón de la Copa del Mundo de 1978 deseó que los problemas económicos del Valencia se solucionen y pueda acabarse el nuevo estadio para que así, la próxima vez que visite la ciudad, pueda reencontrarse "con todo el público" en la nueva casa del club valenciano.
Además, no descartó la posibilidad de trabajar en un futuro para la entidad valencianista.
La fiesta del valencianismo quedó completa poco después, con el triunfo del conjunto local por 2-1 ante el Espanyol.
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